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Antes que inicies:

Escucha, sabemos que esto puede ser incómodo, intimidante y/o aterrador, pero no te preocupes, estamos aquí para equiparte para esto. Comencemos repasando algunos consejos que te ayudarán a prepararte y a desarrollar confianza antes de que la conversación siquiera comience.

Antes de que empieces a hablar, detente y respira hondo. En serio. Haz esto con nosotros por un momento. Cierra los ojos y sé consciente de los latidos de tu corazón. Inspira….y espira… ¿No te sientes ya un poco mejor? Esto se debe a que los estudios demuestran que la respiración profunda es realmente tranquilizante para el cerebro. Genial, ¿cierto? Si comienzas a ponerte nervioso o estresado en cualquier momento de este proceso, simplemente haz una pausa y respira; en realidad te ayudará. Tú puedes hacerlo. ¿Crees que puedes?

¿Cuál es tu “por qué”? Antes de comenzar la conversación, trata de hacer una pequeña introspección. Profundiza e intenta comprender la razón por la que es importante que discutas esto: puede ayudarte a saber cuándo y cómo iniciar la conversación. Considera escribir tu “por qué” o hacer una lista de razones. Si la conversación se descarrila o te quedas sin impulso, siempre puedes volver a tu “por qué”.